Muy sencillo, se limita la pensión máxima mientras que no deja de subir la base máxima de cotización. En 2015, un trabajador del régimen general puede cotizar como máximo 3.606 euros al mes mientras que, cuando se jubila, su pensión máxima sería de 2.560 euros y ademas a esta cifra se le aplica el IRPF. Esta brecha se conoce como reforma silenciosa de las pensiones.